EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA
1. CARACTERÍSTICAS DE LA SOCIEDAD
DE LA INFORMACIÓN
La información y las comunicaciones dan nombre a estos tiempos.
Las relaciones sociales, económicas y políticas, los saberes, nuestra percepción de la
realidad y de nosotros mismos, todo está hoy configurado por las comunicaciones, por el
imperio de lo mediático.
El fenómeno más decisivo, en cuanto a cambio social, económico,
político y cultural del uso de las tecnologías de la Sociedad de la Información es lo
que denominamos globalización; es éste un fenómeno de profundo calado
sociopolítico que define el nuevo entorno en que deberá desarrollarse la Sociedad de la
Información.
El fenómeno de la Globalización
El fenómeno de la globalización, también denominado
mundialización, se produce principalmente a nivel económico, pero también cultural y
social, como producto de una nueva cultura planetaria, propiciada por la ruptura de las
barreras geográficas y económicas que supone el uso de la Tecnología de la Información
y la Comunicación, y por las políticas socio-económicas impulsadas por los diferentes
gobiernos y organismos internacionales. Esta nueva etapa plantea una serie de
interrogantes en relación a sus consecuencias a medio y largo plazo, siendo en muchos
casos uno de los argumentos utilizados para cuestionar la "bondad" de su uso, en
cuanto al riesgo de desaparición de las culturas minoritarias y con menos poder
socio-económico. Sus dimensiones más importantes son:
a) Globalización de la actividad económica
Se trata de una de las tendencias económicas dominantes de la economía de la última década, hasta el punto de que se ha acuñado el concepto "desarrollo intensivo basado en vinculaciones internacionales" para referirse a las nuevas oportunidades y retos que ofrece el nuevo contexto internacional a los países. La globalización afecta a las distintas facetas de la actividad económica: los intercambios comerciales y financieros, la internacionalización del I+D, de la tecnología y de la producción, y la regulación de los mercados.
b) Transformación del mercado de trabajo y de las estructuras
laborales. Nuevos modelos educativos y nuevas necesidades de formación
Ya no se duda que el impacto sobre el mundo del trabajo es enorme, pero se asume que la solución no está en retrasar la introducción de tecnologías, sino por el contrario aprovechar las nuevas formas de organización del trabajo (reingeniería, organizaciones planas, teletrabajo) que posibilitan las infraestructuras de telecomunicación y los sistemas de proceso de información.
En la pasada década estas tecnologías han sido un potente factor de reestructuración sectorial de los recursos humanos. En el mundo desarrollado se han perdido muchos millones de puestos de trabajo en el sector de la manufactura, aunque se han creado más en el sector servicios. Sin embargo, no está resuelto el problema del "pleno empleo" ni la continua readaptación de las "habilidades y conocimientos" que exigen los nuevos paradigmas productivos.
Las políticas de flexibilización del trabajo (movilidad geográfica y funcional) o la desregulación del mercado de trabajo (facilidad de entrada y salida de trabajadores) no son solamente medidas necesarias para incrementar la productividad y la competitividad de las empresas, son sobre todo una muestra de la nueva "racionalidad" que parece imponerse en un mundo en el que sobra "trabajo" y faltan "puestos de trabajo".
c) Trabajo colaborativo internacional, sin mayor restricción que
la disponibilidad de tecnologías, accesibles con mínimas inversiones
En este nuevo entorno los responsables públicos y los agentes económicos y sectoriales de los distintos países tratan de definir estrategias competitivas que les permitan liderar o al menos participar activamente en la construcción de la Sociedad de la Información.
d) Transnacionalización de las actividades de ocio y cultura
e) Pérdida de soberanía de los Estados en favor de su
integración en bloques económicos/políticos
Disminución progresiva del sector público como consecuencia del replanteamiento del estado de bienestar. Creciente protagonismo de lo regional y local frente al Estado.
En conclusión, podemos afirmar que el fenómeno de la
globalización incidirá en los diferentes ámbitos y sectores profesionales. Las
empresas, organizaciones, instituciones, etc. atenderán a los intercambios económicos,
sociales y culturales que puedan establecer utilizando las tecnologías de la información
y la comunicación, con instituciones y profesionales de su sector o ámbito de trabajo
con el fin de no quedar rezagados.
Las Tecnologías de la Información
y Comunicación (TIC)
La globalización tiene una de sus manifestaciones más relevantes
en las denominadas Tecnologías de la Información y Comunicación, las cuales han
permitido llevar la globalidad al mundo de la comunicación, facilitando la interconexión
entre las personas e instituciones a nivel mundial, y eliminando barreras espaciales y
temporales. Se denominan Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en adelante
TIC, al conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción,
almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en
forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o
electromagnética. Las TIC incluyen la electrónica como tecnología base que soporta el
desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual.
El profesor Julio Cabero (1996b) ha sintetizado las
características distintivas de las nuevas tecnologías en los siguientes rasgos:
inmaterialidad, interactividad, instantaneidad, innovación, elevados parámetros de
calidad de imagen y sonido, digitalización, influencia más sobre los procesos que sobre
los productos, automatización, interconexión y diversidad.
A continuación, describiremos brevemente las características
más importantes que presentan las TIC en contraposición a las tecnologías de corte más
clásico:
- Inmaterialidad
- Instantaneidad
- Aplicaciones Multimedia
Uno de los cambios más importantes en la nueva Sociedad de la
Información es la ruptura de las coordenadas espacio-temporales como único marco de
actividad humana. Las redes informáticas eliminan la necesidad, que durante muchos años
se tenía, de coincidir en el espacio y tiempo para la participación en actividades. Las
TIC, en concreto la posibilidad de digitalización, convierten a la información,
tradicionalmente sujeta a un medio físico, esto es a todas las condiciones que el medio
imponía, en inmaterial. Mediante la digitalización es posible almacenar grandes
cantidades de información, en dispositivos físicos de pequeño tamaño (discos, CD,
etc.). A su vez los usuarios pueden acceder a información ubicada en dispositivos
electrónicos lejanos, que se transmite utilizando las redes de comunicación, de una
forma transparente e inmaterial.
Esta característica, ha venido a definir lo que se ha denominado
como "realidad virtual", esto es, realidad no real. Mediante el uso de las TIC
se están creando grupos de personas que interactúan según sus propios intereses,
conformando comunidades o grupos virtuales. Es posible, que dentro de estos grupos existan
personas que no han tenido un trato directo o presencial, pero que interactúan de forma
dinámica con estos medios. El uso de las TIC configura el propio proceso de
comunicación, puesto que la mediación del artefacto no es un proceso transparente y
tiene sus propios condicionantes. De este modo, se crea un espacio mediador denominado
genéricamente cibercultura, que viene determinado por las culturas propias de los sujetos
que se comunican y por la cultura y normas establecidas por el propio medio de
comunicación. Así, las informaciones que son transmitidas por un usuario dependerán de
su propio entorno cultural, mientras que el receptor de estas informaciones realizará la
interpretación de las mismas en función de su propia experiencia y cultura. En este
espacio virtual, pierden importancia los condicionantes físicos y espaciales de los
interlocutores, acrecentándose la importancia de los condicionantes culturales.
Podemos transmitir la información instantáneamente a lugares
muy alejados físicamente, mediante las denominadas "autopistas de la
información". Si bien es cierto, que la rapidez de transmisión de la información
depende en gran medida de las capacidades de los dispositivos físicos utilizados, cuyas
limitaciones ha llevado a definir las autopistas de la información como "carreteras
con baches", y que existen los denominados "cuellos de botella" que hacen
que la rapidez en la transmisión no alcance los límites deseados. También es cierto que
estas tecnologías son actualmente un medio rápido y fiable para obtener información
desde cualquier lugar.
Se han acuñado términos como ciberespacio, para
definir el espacio virtual, no real, en el que se sitúa la información, al no asumir las
características físicas del objeto utilizado para su almacenamiento, adquiriendo ese
grado de inmediatez e inmaterialidad.
Las aplicaciones o programas multimedia han sido desarrollados como un interface amigable y sencillo de comunicación, para facilitar el acceso a las TIC de todos los usuarios. Las características más importantes de estos entornos son:ð Interactividad: Es posiblemente la característica más significativa. Mientras que las tecnologías más clásicas (TV, radio) permiten una interacción unidireccional, del medio al usuario, esto es de un emisor a una masa de espectadores pasivos, el uso del ordenador interconectado mediante las redes digitales de comunicación, proporciona una comunicación bidireccional (sincrónica y asincrónica), persona a persona y persona a grupo. Se esta produciendo, por tanto, un cambio hacia la comunicación entre personas y grupos que interactúan según sus intereses, conformando lo que se denomina "comunidades virtuales". Así, el correo electrónico permite una comunicación bidireccional entre los dos usuarios en modo asincrónico (no coincidencia temporal), mientras que con los chat nos podemos comunicar con varios usuarios de forma sincrónica (coincidencia temporal). De este modo, mediante las TIC podemos interactuar con otros sujetos alejados de nosotros espacialmente. Pero, además, el medio tecnológico también interactúa con nosotros estableciendo unos parámetros de comunicación propios del sistema. El usuario de TIC es por tanto, un sujeto activo, que envia sus propios mensajes y, lo más importante, toma las decisiones sobre el proceso a seguir: secuencia, ritmo, código, etc.ð Información multimedia: Otra de las características más relevantes, y que mayor incidencia tienen sobre el sistema educativo, es la posibilidad de utilizar las TIC para transmitir información a partir de diferentes medios (texto, imagen, sonido, animaciones, etc.). Por primera vez, en un mismo documento se pueden transmitir informaciones multi-sensoriales, desde un modelo interactivo.
La Sociedad del Conocimiento y del
Aprendizaje
La proliferación de herramientas para generar, almacenar,
transmitir y acceder a la información y la constatación de que la "materia
prima" más preciada en este momento es la propia información, la generación de
conocimiento y la capacidad para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida, han
llevado a conceptos como Sociedad del Conocimiento.
El impacto de la Sociedad de la Información sobre la Educación y
la Formación es directo, así lo señalan los diversos documentos, estudios, congresos,
etc. auspiciados por la Unión Europea sobre la Sociedad de la Información. Como se
señala en el "Libro blanco sobre la educación y la formación" de la Comisión
Europea (1995), la sociedad del futuro será una sociedad del conocimiento en la que
"La educación y la formación serán, más que nunca, los principales vectores de identificación, pertenencia y promoción social. A través de la educación y la formación, adquiridas en el sistema educativo institucional, en la empresa, o de una manera más informal, los individuos serán dueños de su destino y garantizarán su desarrollo" (Comisión Europea, 195: 16).
Al mismo tiempo que se destaca el importante papel que el
conocimiento y el aprendizaje tienen en la Sociedad de la Información, se resalta la
importancia del aprendizaje a lo largo de todo el proceso vital, diferenciándose
dos fases en este proceso:
- una primera fase centrada en la adquisición de una cultura general, que sea un instrumento para la comprensión del mundo, y la base en la que se sustenten futuras especializaciones y aprendizajes, y
- una segunda fase en la que se debe producir un acercamiento entre las instituciones formativas y el mundo profesional (empresas, organizaciones, etc.), con el fin de desarrollar aptitudes para el empleo y la actividad profesional.
El primer informe del Foro de la Sociedad de la Información
(1996) es claro al respecto:
"La Sociedad de la Información debe convertirse en la 'sociedad del aprendizaje permanente', lo que significa que las fuentes de educación y la formación deben extenderse fuera de las instituciones educativas tradicionales hacia el hogar, la comunidad, las empresas y las colectividades sociales. Las profesiones de la enseñanza necesitan ayuda para adaptarse a la nueva situación y aprovechar plenamente estas nuevas posibilidades" (Foro de la Sociedad de la Información, 1996: 7).
Este aprendizaje, por tanto, no se produce en una etapa concreta
de la vida, sino que se precisa un "aprendizaje permanente", a lo largo de toda
la vida. Como señala Zabalza (2000: 165), hemos convertido "la agradable experiencia
de aprender algo nuevo cada día en un inexcusable principio de supervivencia".
Están surgiendo nuevos trabajos y aumentando las profesiones
vinculadas a la información y el conocimiento que precisan emplear herramientas de las
TIC. Los profesionales necesitan adaptarse continuamente a los cambios y avances
producidos en la Sociedad de la Información, por ello, resulta imprescindible que se
articulen medios de formación continua, adaptados a las necesidades de los profesionales
-horario flexible, tiempo reducido, imposibilidad de desplazamiento, etc.-. El uso de las
TIC en los cursos de formación profesional continua permite atender a estas necesidades y
se está desarrollando un tipo de formación a distancia denominado
"teleformación" que utiliza las nuevas tecnologías como nexo de unión entre
los alumnos, los contenidos y los formadores. El resultado es una formación a la carta,
en cualquier lugar y momento. El estudio financiado por FUNDESCO (1998) sobre las
condiciones de la teleformación es una obligada referencia para profundizar en esta
modalidad formativa.
La flexibilidad parece resumir la nueva forma de entender
la formación. Flexibilidad de tiempos, de espacios, de conocimientos, de tareas, de
relaciones, de trabajo, etc. Flexibilidad entendida como un valor que el trabajador debe
poseer para poder seguir aprendiendo. Flexibilidad para acomodarse a nuevas situaciones y
contextos laborales, para desplazarse sólo o con su familia a otro país o continente;
flexibilidad para aprender nuevas habilidades en el lugar donde se encuentre, en el
trabajo, en casa o en un hotel; flexibilidad para coordinarse con trabajadores de otras
partes del mundo que participan en el proceso de producción dentro de su propia empresa
(Marcelo, 2001).
La nueva economía orientada a obtener cada vez mayores índices
de rentabilidad y competitividad, junto con las posibilidades y exigencias actuales de la
formación que ya hemos apuntado, están provocando el aumento creciente de
teletrabajadores, profesionales cuyo puesto de trabajo es volante, lo que lleva a una
intensificación en las condiciones de trabajo, es decir, trabajar mucho más así como a
la disgregación e individualización de los procesos y de los propios trabajadores.
Desde el punto de vista organizativo, se podría hablar del Paradigma
de la Gestión del Conocimiento, el cual trata de promover el valor del conocimiento
real y potencial de los miembros de la comunidad educativa, estableciendo vías de
comunicación que posibiliten un mejor entendimiento y posible colaboración tanto
internamente como con otras instituciones externas. Las tecnologías de la información
(redes, herramientas inteligentes de búsqueda, herramientas para el desarrollo en
Internet, intranets) proporcionarían la infraestructura básica para la gestión del
conocimiento.
Se podría entender el concepto de "Gestión del
Conocimiento" como un conjunto de actividades y prácticas orientadas a la
adquisición más eficiente de la habilidad asociada a ese conocimiento y su correcta
utilización, con el objetivo de obtener los mejores resultados en el desarrollo de las
actividades de una determinada organización.
Cuando se habla de "conocimiento", interesa distinguir
este concepto de lo que se puede entender por "información". Así, el término
información alude a cualquier expresión verbal, numérica, gráfica o de otro tipo que
posee un significado determinado dentro de un contexto concreto, y cuyo último objetivo
es comunicar algo. En cambio el "conocimiento" se podría definir como la
capacidad para actuar, en base al uso de una cierta información, y como consecuencia de
la capacidad de comprender e interpretar la naturaleza de algo y la aplicación de ciertas
habilidades o capacidades complementarias. En este sentido, únicamente se puede hablar de
aprendizaje cuando hemos interiorizado la información nueva a nuestras estructuras
mentales, adquiriendo con ello nuevos conocimientos. El acceso a la información es una
condición necesaria, pero no suficiente para que se produzca el conocimiento, esto es
para que se aprenda.
En la Sociedad de la Información, por tanto, el aprendizaje será
la base que permitirá el desarrollo y el progreso de las sociedades, por lo que las
políticas educativas que favorezcan sistemas de formación permanente tendrán un papel
crucial, y deberán atender a la igualdad de oportunidades de los diferentes sectores
poblacionales, atendiendo principalmente a los más desfavorecidos socialmente. En la
situación actual existe la necesidad de facilitar el acceso a Internet a toda la
población, independientemente de su género y situación económica, por ello, resulta
especialmente importante que dentro de los sistemas educativos públicos se posibilite
tanto el aprendizaje, como la formación, «en» y «con» las Tecnologías de la
Información y la Comunicación.
Problemas socioculturales de la
Sociedad de la Información
La comunicación social tiene cada vez mayor trascendencia en la
construcción del espacio público, en el ejercicio de la ciudadanía. Los medios
técnicos son cada vez más sofisticados, más inteligentes, más fáciles de usar, más
baratos, lo que facilita que mucha gente se convierta en emisora potencial de
información. Al menos en teoría, todos podemos comunicarnos con todos, sin pasar por
ningún control central. Se habla de democratización y globalización y emergen dos
tendencias de signo contrario: la proliferación de pequeños medios de comunicación y la
concentración de medios en grandes empresas.
La concentración de medios significa que la aldea global
profetizada por McLuhan tiene un solo minarete. Es imposible hacer un mapa de la propiedad
de los medios que es decir la identidad de los emisores, porque casi a diario se suceden
las noticias de compras y fusiones..
Las relaciones humanas se ven afectadas por los cambios que
produce la introducción de las tecnologías. La horizontalidad de las relaciones se ve
favorecida en cierto sentido, ya que se puede hacer partícipe a más personas de más
información y ofrecer más posibilidades de comunicación.
Los expertos prevén que pronto, en el sector de la informática y
de las telecomunicaciones, no habrá más de siete u ocho empresas a escala mundial, pero
lo preocupante no es sólo la concentración de la propiedad de los medios, con la
consiguiente merma de pluralidad, sino que éstos están en manos de grandes
transnacionales. Se calcula que alrededor del 90% de las noticias extranjeras que aparecen
en los medios de comunicación proceden de las cuatro grandes agencias occidentales, con
lo que el punto de vista y la selección de las noticias, en consecuencia, es occidental.
Por otra parte, la concepción de un medio como Internet
(comunicación en red) va cambiando a pasos agigantados, pasando de tener un carácter
fundamentalmente académico, cooperativo y libre a un espacio más al servicio de las
grandes corporaciones. Las fuerzas políticas y económicas dominantes tratan de
establecer todos los mecanismos posibles para controlar los contenidos de la red, su
publicación, difusión y uso. Se discuten propuestas de autorregulación, se producen
fuertes operaciones comerciales, se promociona el comercio electrónico en un entorno
digital seguro, en definitiva, se ve Internet como la base de una nueva economía.
Interesa en esta argumentación destacar que no se trata de
criticar que el ámbito empresarial se beneficie de las posibilidades de los nuevos medios
sino que sean los criterios económicos los que dirijan el desarrollo del mundo digital,
chocando con la lógica de la comunicación, que ha estado en la base del desarrollo de
Internet. Que poco a poco deje de ser un espacio social en el que los individuos y los
grupos sociales interactúan para resolver necesidades individuales y públicas, a través
de la difusión libre de información, para convertirse en un medio de intercambio privado
de mercancías.
Otro problema que se plantea hoy en día la Sociedad de la
Información es la manipulación informativa, aunque es una cuestión ya denunciada
formalmente desde los años setenta. El Movimiento de los No Alineados reclamó, en su 8ª
Conferencia celebrada en 1976 en Nairobi, un nuevo Orden Informativo como requisito
urgente e imprescindible para mejorar y democratizar las relaciones internacionales,
proteger los intereses de los países más pobres y garantizar su participación en la
toma de decisiones. El informe elaborado por la UNESCO titulado Un solo mundo, voces
múltiples, denuncia el control ejercido por las transnacionales sobre los medios de
comunicación y propone sustituir la comunicación en sentido único por un intercambio de
mensajes en todas direcciones y completar la comunicación vertical con la horizontal.
En esta propuesta encaja Internet como anillo al dedo. Este medio
hace posible una comunicación no piramidal, sino entre iguales, en la que los papeles de
emisor y receptor son alternativos e intercambiables. Se ofrece un espacio social
compartido en el que cualquier persona puede comunicarse con el resto, un medio universal.
Hay que analizar cuáles son las posibilidades de resistencia al
pensamiento único, posibilidades de construcción de redes, posibilidades de
comunicación e intercambio entre personas y comunidades.
Sin embargo, de momento la universalización del acceso a los
medios, en concreto a Internet, es sólo en teoría. La existencia de desigualdades
ante las nuevas tecnologías ha sido denunciada desde distintos ámbitos.
Por ejemplo, en el informe de la Administración Nacional de
Información y Telecomunicaciones de EE.UU., recogido, en parte, en El País (10-VII-99:
30) se apunta que un 47% de los hogares de americanos blancos tienen ordenador en casa, y
el 26,7% tiene acceso a Internet. A un nivel inferior están los hogares de los negros e
hispanos, donde un 23% tiene ordenador y un 8,7 % acceso a la red. La desigualdad entre
países europeos queda recogida en los resultados del Eurobarómetro: los europeos y la
Sociedad de la Información que elaboró la consultora británica INRA (El País,
27-VII-99: 24). Indica que la media europea de los hogares que tienen ordenador es de
30.8%, y conectados a Internet es de 8.3%. España está a un nivel inferior, 28.4 y 5%
respectivamente. Otro dato interesante es el ofrecido por el profesor Manuel Area respecto
al perfil medio del ciudadano español que accede a Internet: varón, entre 20 y 44 años,
con estudios universitarios, residente en núcleos urbanos y de clase social media o alta.
En la misma línea el informe del PNUD (Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo) de 1999 muestra las desigualdades de acceso para unas personas
y para otras en función de su procedencia social, para unos grupos y para otros en
función de su situación geográfica y cultural. Uno de los datos que aporta es que el
20% más pudiente de la población mundial controla el 93% de los accesos a la red
informática (ver El País 12-VII-99: 28); sentenciando que "la red se ha convertido
en una tela protectora para aquellos que consiguen acceder a ella, pero en una barrera que
margina cada vez más a quienes no pueden acceder a esta fuente de información y
comunicación". Cebrián (1998), por su parte, considera un problema las
desigualdades en el acceso porque el saber del futuro va a ser digital, de la misma forma
que ya lo es la circulación de la información y del conocimiento.
La posesión de equipos y sus usos se convierten en factor
fundamental de desigualdad no sólo en términos de capacidad adquisitiva sino también de
contextos sociales, de conocimientos técnicos y códigos culturales (Réseaux, 1999). En
términos culturales se denuncia, también, la fractura entre los productores de
contenidos y quienes consumen los contenidos y servicios ajenos, produciendo de
desequilibrios culturales e identitarios además de los económicos. Así como la
comercialización de la cultura, aplicando criterios de mercado a espacios antes
públicos, gratuitos o de bajo coste, lo que ha producido, por ejemplo, el deterioro de la
influencia de las radiotelevisiones públicas o la presión contra las bibliotecas
públicas, acusadas de drenar las remuneraciones editoriales. En este mismo sentido, se ha
puesto de manifiesto la mercantilización de la educación sometida a una dinámica
exigente de "eficacia" en su adecuación al mercado y la progresiva degradación
de la educación pública (Moeglin y Tremblay, 1999)
En definitiva, la tecnología puede tanto reducir como ampliar las
desigualdades existentes, todo depende del desarrollo tecnológico seguido en una
sociedad. Bautista (2000, 2001) distingue dos modelos de desarrollo: el técnico o
instrumental, en el cual las decisiones sobre el camino a seguir son hechas por grupos
económicos asesorados por expertos; y el práctico o situacional, en el que participan
todos los miembros de una sociedad en procesos de reflexión sobre qué productos
tecnológicos hay que desarrollar para facilitar su relación con el entorno.
"Entiendo que a mayor participación en el desarrollo tecnológico existe una menor dependencia de sus productos técnicos y un menor control y gobernabilidad de los participantes. El grado de independencia y desarrollo personal de los sujetos, situará a éstos en condiciones desiguales para captar el mundo y relacionarse con él" (Bautista, 2001).
Para este autor los dos peligros más relevantes, en relación al
incremento de las desigualdades son: la desigualdad de base proporcionará un acceso
diferencial a la futura cultura digital y la confirmación de la hipótesis del
distanciamiento social. Esta hipótesis plantea que cuando se incrementa la circulación
de la información a través de los medios de comunicación de masas en un sistema social,
los segmentos de población más instruidos o con un status socioeconómico más alto
tienden a seleccionar y a procesar dicha información de una manera más amplia que
aquellos menos instruidos o con un status socioeconómico más bajo. Por lo tanto, el
aumento de información, en vez de aproximar, contribuirá a incrementar el
distanciamiento en el conocimiento y, consecuentemente, la aparición de brechas
socioculturales.
Sin acceso equitativo a las nuevas redes y a las TIC no es posible
ya sostener el mito fundador de la igualdad de oportunidades que sustenta las economías
(cada vez más, sociedades) de mercado y a las democracias políticas. El acceso a las
nuevas redes y nuevos servicios de comunicación no es ya sólo un instrumento crucial
para la igualdad de oportunidades sino también para las otras funciones del Estado de
Bienestar (el derecho a la subsistencia y al trabajo, el derecho a la protección social),
es decir, para todo el desarrollo de una sociedad postindustrial como tal (Burgelmann,
1999).
Ante los anteriores peligros hay cierta unanimidad en recomendar
la introducción de las nuevas tecnologías (NN.TT.) en los centros educativos con
la intención de formar al profesorado y al alumnado en el dominio técnico de aparatos y
en el desarrollo de ciertas competencias (búsqueda de información, selección, aprender
a aprender...) relacionadas con los nuevos medios.
"Habría que reconvertir las funciones de las NN.TT. que predominan, y presentar los significados o esencias de artefactos dirigidos a crear, decir, comunicar, denunciar... como fundamentales para resistir y atajar las miserias existentes. Uno de dichos frentes es el educativo, en el cual hay que desarrollar las funciones primarias de todos los productos tecnológicos en dicho sistema escolar, para hacer usos prácticos, situacionales que generen una concienciación sobre el estado del planeta y, desde este conocimiento, que los participantes en la vida escolar emprendan propuestas desde sus respectivas posiciones dirigidas a una transformación y solución de las miserias sociales, de situaciones relacionadas con el hambre, las injusticias... es decir, de cualquier vulneración de los derechos humanos" (Bautista, 2001).
La aplicación democrática de las Nuevas Tecnologías de la
Información y Comunicación (NTIC) a la comunicación y la educación exige, además de
la generalización de equipos informáticos, conexiones a Internet y tarifas baratas, y de
forma inseparable con lo anterior (Bustamante, 2001):
Por su parte, Poole (1999) realiza un análisis sobre las desigualdades asociadas a la Sociedad de la Información, planteando la existencia de desigualdades en cuanto a los recursos informáticos y la preparación de los profesores entre las escuelas para alumnos privilegiados económicamente y los desfavorecidos. Para el autor, las causas de estas diferencias no están únicamente en la diferencia de los recursos utilizados, sino principalmente en que en algunos de estos centros más desfavorecidos los profesores no están realmente convencidos de los beneficios que el uso de la informática puede tener sobre el proceso educativo. Con el fin de evitar las desigualdades sociales producidas por el uso diferencial de la tecnología de la Sociedad de la Información en función del nivel socioeconómico, es necesario que los poderes políticos, realicen un esfuerzo en los centros educativos públicos, importante, tanto a nivel de recursos como de preparación del profesorado, puesto que es la única garantía de la que disponemos en este momento para que la Sociedad de la Información sea una sociedad de todos y para todos, y no únicamente la sociedad de los privilegiados.1.-La creación de contenidos de calidad, adaptados a las culturas y necesidades locales, que sólo pueden realizarse en interacción con los creadores y mediadores (comunicadores, profesores), con el valor indispensable de "proximidad cultural".2.- La formación de esos mediadores, para adquirir el saber hacer necesario para cambiar la metodología comunicativa misma: no sólo instrumento complementario de la actividad tradicional, sino ocasión para un nuevo concepto del conocimiento y de su transmisión, como plataforma para ese comunicador-profesor transformado en "guía del conocimiento" en lugar del "sabio sobre el estrado" (U.E., 1996-97).3.-Finalmente, la voluntad de poner esos nuevos instrumentos del conocimiento en posición de una auténtica apropiación por los usuarios, individuales y colectivos, con arreglo a sus necesidades sociales.
2.- LA EDUCACIÓN ANTE EL DESARROLLO DE LAS TIC
Si las
nuevas tecnologías crean nuevos lenguajes y formas de representación, y permiten
crear nuevos escenarios de aprendizaje, las instituciones educativas no pueden
permanecer al margen, han de conocer y utilizar estos nuevos lenguajes y formas
de comunicación.
Ahora bien,
hay que ser conscientes de que la utilización de lenguajes y sistemas de
representación diferentes a la lengua oral y escrita requiere una
infraestructura costosa (aparatos audiovisuales, informáticos...) que no está
al alcance de muchas escuelas y un saber que, en algunos casos, no tiene el
profesorado. Por otra parte, las condiciones de los alumnos para tener acceso a
estas tecnologías son muy diferentes, como desigual es también la disposición
psicológica y cultural para utilizarlas, comprenderlas y darles sentido.
Asumiendo
esta situación, resulta inexcusable conseguir que los centros se vayan dotando
de recursos, las jóvenes promociones de maestros tengan una mayor formación en
el uso de los nuevos medios y las condiciones de los alumnos sean compensadas a
favor de la igualdad de oportunidades.
Al hablar de
la integración de las nuevas tecnologías en la educación es necesario hacer
referencia a la relación que ha de establecerse entre el uso de nuevos medios y
la innovación educativa. Algunos trabajos han tratado de identificar las fases
en el uso de las TIC. La diferenciación de las sucesivas etapas por las que pasa
el profesor en la integración de las TIC puede resultar de utilidad tanto para
hacer diagnósticos de las situaciones en las que nos encontramos como para
diseñar estrategias formativas. A este respecto hay una propuesta muy
interesante, elaborada por el Departamento de Educación de Victoria, Australia
(1998) que presenta una matriz de desarrollo de competencias para el uso de las
tecnologías en el aprendizaje (Skill Development Matrix) identificando seis
áreas: Uso y manejo de tecnología, uso de aplicaciones básicas, uso de software
de presentaciones y publicaciones, uso de multimedia, uso de tecnologías de
comunicación y uso de tecnologías de aprendizaje en las principales áreas de
conocimiento. Para cada una de estas áreas se establecen los objetivos y
estrategias para tres etapas de desarrollo:
-
La primera etapa se describe como la exploración de las nuevas posibilidades que ofrecen las tecnologías para el aprendizaje, desarrollo de nuevas habilidades y la comprensión del papel que pueden jugar las TIC en el aula.
-
La segunda etapa se dirige a perfeccionar las habilidades personales, la incorporación de las TIC en la enseñanza y el desarrollo de prácticas de clase que integran las tecnologías del aprendizaje.
-
La tercera etapa supone el desarrollo de habilidades avanzadas, exploración de las posibilidades innovadoras para la clase del uso de la tecnología y la posibilidad de compartir el conocimiento y las habilidades con otros.
Las
experiencias llevadas a cabo nos indican que los proyectos y experiencias de
innovación apoyadas en el uso de tecnologías distintas de las impresas chocan
con los hábitos y cultura tradicional del sistema escolar. La incorporación de
los materiales digitales presumiblemente tendrán que superar múltiples
resistencias y dificultades. Pero hay que conseguir cuanto antes que en la
educación escolar los ordenadores sean tan normales e “invisibles” (Gros, 2000)
como la pizarra o los libros, para que el uso de las nuevas tecnologías no sea
un fenómeno excepcional, sino una actividad cotidiana en la vida académica de
los centros educativos. En buena lógica, un método de enseñanza apoyado en el
uso de una variedad de materiales (libros, cuadernos, discos multimedia,
Internet,...) requiere el desarrollo de actividades de aprendizaje notoriamente
distintas de un método organizado en torno a los materiales impresos, y del
libro de texto en particular.
Tal como
pone de manifiesto el informe de la OCDE (2003, p.79) existe una fuerte tensión
entre los currículos tradicionales, basados en contenidos bien definidos que el
alumnado debe aprender y saber reproducir y el enfoque abierto que promueven las
TIC. Los tipos y modos de estructuración del pensamiento de los sujetos que
actúan con materiales electrónicos tendrán que ser necesariamente distintos de
los que poseen los lectores habituales de documentos escritos. Es indudable que
el empleo en la escuela de estos nuevos recursos implicará una mayor integración
de la institución escolar en el contexto de la sociedad de la información o era
digital. Se trata de escolarizar las tecnologías, llevarlas a las aulas y darles
sentido y utilidad pedagógica.
Ahora bien,
el uso de hipertextos, multimedias, de discos o de webs no significa
automáticamente un aumento de calidad pedagógica de la enseñanza, sólo significa
incremento de la multiplicidad de medios y de oferta de nuevas formas de
organización y representación de la información. La calidad y potencialidad
educativa no radica en el maquillaje sino en su interior (en el grado de
apertura y configurabilidad del programa, en el estilo de interacción, en el
modelo de enseñanza y aprendizaje subyacente) así como en su adecuación
curricular a los objetivos, contenidos y metodología de la situación de
enseñanza en los que se utilicen.
La simple
presencia de tecnologías novedosas en los centros educativos no garantiza la
innovación en su significado real. La innovación debe ser entendida como el
cambio producido en las concepciones de la enseñanza y en los proyectos
educativos. La posibilidad de hacer lo de antes aunque mediante otros
procedimientos (más rápidos, más accesibles, más simples) no representa una
innovación. De ahí que se hayan de entender los proyectos educativos, en los que
se expresan las concepciones pedagógicas en las que los profesores basan su
quehacer docente, como el contexto de integración de las nuevas tecnologías, es
decir, la integración curricular de las TIC habrá de plantearse como algo
vinculado y condicionado por una opción propiamente educativa y no al revés.
¿Qué nos
ofrecen las TIC para la práctica docente?
Las
Tecnologías de la información y comunicación nos ofrecen a los docentes la
posibilidad de replantearnos las actividades tradicionales de enseñanza, para
ampliarlas y complementarlas con nuevas actividades y recursos de aprendizaje.
Podríamos
hablar de la posibilidad de utilizar una gran cantidad de recursos digitales
disponibles, tanto elaborados por empresas comerciales como por los propios
profesores, me refiero especialmente al software educativo, aunque podría
hablarse también de otros objetos de aprendizaje. En estos momentos se pueden
encontrar materiales sobre todas las áreas curriculares, y muchos de acceso
gratuito, a nuestra disposición en los principales portales educativos. Pero
además resulta de gran interés la posibilidad de realizar nuestros propios
materiales o software educativo ajustados con precisión a nuestros objetivos y
necesidades curriculares. Podríamos referirnos aquí al uso de aplicaciones
genéricas (procesadores de texto, presentaciones, hojas de cálculo, programas de
dibujo, edición de vídeo,…), herramientas de autor (clic, hot potatoes,…) uso de
webquest, weblogs, etc.
En segundo
lugar, las TIC nos ofrecen la posibilidad de trabajar en proyectos telemáticos,
entornos de trabajo colaborativo más allá de nuestra propia clase, contactando
con alumnos y profesores de otros centros y de otros países y potenciando la
educación intercultural, a través del conocimiento directo de lo que sucede en
otras partes del mundo.
A
continuación se detallan algunas cuestiones sobre la funcionalidad tanto del
software educativo como de los proyectos telemáticos.
El
software educativo
El uso del ordenador desde un punto de
vista didáctico pasa por el uso del denominado software educativo, estos
materiales que suponen utilizar el ordenador con una finalidad didáctica. La
funcionalidad del software educativo vendrá determinada por las características
y el uso que se haga del mismo, de su adecuación al contexto y la organización
de las actividades de enseñanza. Sin embargo, se pueden señalar algunas
funciones que serían propias de este medio (Marqués, 1996):
v
Función informativa:
se presenta una información estructurada de la realidad.
v
Función instructiva:
orientan el aprendizaje de los estudiantes, facilitando el logro de determinados
objetivos educativos.
v
Función motivadora:
los estudiantes se sienten atraídos por este tipo de material, ya que los
programas suelen incluir elementos para captar la atención de los alumnos y
mantener su interés (actividad, refuerzos, presentación atractiva...)
v
Función evaluadora:
la mayoría de los programas ofrece constante feedback sobre las actuaciones de
los alumnos, corrigiendo de forma inmediata los posibles errores de aprendizaje,
presentando ayudas adicionales cuando se necesitan, etc. Se puede decir que
ofrecen una evaluación continua y en algunos casos también una evaluación final
o explícita, cuando el programa presenta informes sobre la actuación del alumno
(número de errores cometidos, tiempo invertido en el aprendizaje, etc.).
v
Función investigadora:
muchos programas ofrecen interesantes entornos donde investigar: buscar
informaciones, relacionar conocimientos, obtener conclusiones, compartir y
difundir la información, etc.
v
Función expresiva:
los estudiantes se pueden expresar y comunicar a través del ordenador, generando
materiales con determinadas herramientas, utilizando lenguajes de programación,
etc.
v
Función
metalingüística: los estudiantes pueden
aprender los lenguajes propios de la informática.
v
Función lúdica:
el trabajo con ordenadores tiene para los alumnos en muchos casos connotaciones
lúdicas pero además los programas suelen incluir determinados elementos lúdicos.
v
Función innovadora:
supone utilizar una tecnología recientemente incorporada a los centros
educativos que permite hacer actividades muy diversas a la vez que genera
diferentes roles tanto en los profesores como en los alumnos e introduce nuevos
elementos organizativos en la clase.
v
Función creativa:
la creatividad se relaciona con el desarrollo de los sentidos (capacidades de
observación, percepción y sensibilidad), con el fomento de la iniciativa
personal (espontaneidad, autonomía, curiosidad) y el despliegue de la
imaginación (desarrollando la fantasía, la intuición, la asociación). Los
programas informáticos pueden incidir, pues, en el desarrollo de la creatividad,
ya que permiten desarrollar las capacidades indicadas.
El uso de
estos materiales tiene, por tanto, potencialmente muchas ventajas como:
motivación por las tareas académicas, continua actividad intelectual, desarrollo
de la iniciativa, aprendizaje a partir de los errores, actividades cooperativas,
alto grado de interdisciplinariedad, individualización y aprendizaje autónomo,
liberan al profesor de trabajos repetitivos, contacto con las nuevas
tecnologías, adaptación a alumnos con necesidades educativas especiales,
presentan información de forma dinámica e interactiva, ofrecen herramientas
intelectuales para el proceso de la información, permiten el acceso a bases de
datos, constituyen un buen medio de investigación didáctica en el aula, etc.
Pero tienen también sus limitaciones e inconvenientes como pueden ser: diálogos
demasiado rígidos, desfases respecto a otras actividades, aprendizajes
incompletos y superficiales, desarrollo de estrategias de mínimo esfuerzo, puede
provocar ansiedad en algunos alumnos, aislamiento, etc.
En la
práctica, las ventajas y las limitaciones de un material concreto han de ser
consideradas por el profesor de cara a su utilización didáctica, es decir, es
necesario evaluar la calidad del software educativo, tanto desde un punto de
vista técnico como pedagógico, para tomar una decisión sobre su potencial
didáctico y, en consecuencia, sobre su integración curricular. En esta
evaluación habrá que considerar los distintos elementos de la aplicación,
distinguiendo al menos la interfaz, el contenido y la interacción que ofrece el
material; valorando, de forma general, la facilidad de uso, la coherencia, la
motivación y la adaptabilidad, y de forma más específica, los recursos
multimedia, la navegación, las estrategias metodológicas, el seguimiento de los
resultados, la participación y cooperación que el programa posibilita, etc. Un
programa apropiado de aprendizaje incluirá, probablemente, proyectos, trabajo
grupal, resolución de problemas, escritura reflexiva y otras tareas que
estimulen el pensamiento significativo (Ravitz, Becker y Wong, 2000).
Lo que está
claro es que el ordenador, entendido como herramienta en el sentido dado por
Vygotsky, introduce una nueva forma de interacción con las informaciones, el
conocimiento y con otras personas totalmente nueva y diferente de otros medios.
Al ser introducida en la escuela, la herramienta opera con un conjunto de
expectativas y presupuestos metodológicos y organizativos que condicionan de
forma importante su utilización. En este sentido, en el contexto escolar, las
situaciones de aprendizaje con ordenadores que pueden considerarse más idóneas
son aquellas que permiten al sujeto una actividad estructurante, actividad
guiada por el enseñante, con la colaboración de otros compañeros, situaciones
que se centran en un contenido determinado de las materias del curriculum
escolar y que explicitan los objetivos de aprendizaje de manera clara,
situaciones que aprovechan las potencialidades del medio informático,
situaciones diseñadas teniendo en cuenta los conocimientos previos de los
alumnos sobre los contenidos a tratar y situaciones integradas con el resto de
las situaciones escolares. A este respecto Gago (2000) propone una estrategia
para la inserción de los ordenadores en los centros de forma significativa, a
través de proyectos específicos con un talante investigador y abierto a las
posibilidades de estos medios, que contribuyan a perfeccionar qué y cómo se
enseña en cada escuela, a reconstruir su cultura, aún excesivamente
academicista, libresca y distanciada de su entorno, analizando las funciones
educativas del ordenador en relación el proyecto curricular del centro y los
aspectos organizativos y estructurales del mismo.
Teniendo en
cuenta estas propuestas, no hay que olvidar que en la integración real de los
ordenadores en los procesos educativos, los profesores y, específicamente, sus
concepciones sobre la enseñanza, tienen una influencia capital. Desde una
aproximación experimental, la investigación realizada por Niederhauser y
Stoddart (2001) sobre el uso de los ordenadores en las escuelas de EE.UU., en
concreto sobre el tipo de software utilizado y su relación con las concepciones
de los profesores sobre la enseñanza con ordenador, es una muestra ilustrativa
de cómo el uso de este medio está determinado, no tanto por las características
del propio medio, como por las ideas que los profesores tienen del mismo. Lo
cual confirma la idea, apuntada en diversas investigaciones, de que las
concepciones pedagógicas y epistemológicas de los profesores están fuertemente
relacionadas con sus prácticas. Así, la utilización de un determinado software
educativo, al igual que otros materiales curriculares, estará fundamentada en
las concepciones de la enseñanza y el aprendizaje que tenga el profesor. La
conclusión de este trabajo apunta que los profesores seleccionan el software, al
igual que seleccionan otros recursos y métodos didácticos, en función de sus
concepciones pedagógicas, por lo tanto, éstas tienen una gran influencia en cómo
se integran los ordenadores en la práctica educativa. Los ordenadores son
instrumentos que se pueden utilizar con objetivos didácticos muy diversos (desde
la adquisición de destrezas bien definidas hasta como una herramienta para un
aprendizaje constructivista) y para que los profesores lleguen a usar los
ordenadores con diferentes propósitos es importante cambiar sus concepciones
sobre la enseñanza y el aprendizaje.
Los proyectos
telemáticos
Si a las
posibilidades de los materiales didácticos digitales, añadimos la posibilidad de
conectar entre sí un determinado material con otros textos o documentos ubicados
en distintos ordenadores mediante una red telemática entonces la potencialidad
educativa del material se incrementa de forma notoria.
Entendemos
la telemática como la comunicación entre ordenadores a distancia, por tanto, la
posibilidad de que personas situadas en diferentes contextos sociales puedan
intercambiar información. Las comunicaciones a través de las autopistas de la
información, básicamente Internet, adquieren una nueva dimensión al suprimir las
distancias físicas. Las herramientas como el correo electrónico, las
teleconferencias, la transferencia de ficheros, las páginas web, los foros de
debate, etc. ofrecen tal cantidad de información y posibilidades de
interactividad que el gran problema actual radica en saber localizar y
seleccionar la información realmente significativa.
De forma
esquemática, podemos decir que la telemática aporta a la educación algunas
posibilidades como:
-
Eliminar las barreras espacio-temporales entre el profesor y el estudiante.
-
Favorecer tanto el aprendizaje colaborativo como el autoaprendizaje.
-
Potenciar el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
-
Interactividad entre los participantes en la educación (profesores, padres, alumnos).
-
Ayudar de forma especializada a los sujetos con necesidades educativas especiales.
-
Favorecer una aproximación de la escuela a la sociedad (conocer el mundo real).
-
Combatir el aislamiento de muchas escuelas.
-
Facilitar la formación del profesorado.
-
Desarrollar tareas de comunicación permitiendo el intercambio de información (escribir para un público real).
-
Posibilitar el trabajo sobre temas sociales, permitiendo la aproximación a muy distintas realidades.
-
Favorecer la interdisciplinariedad y la globalización.
-
Facilitar el acceso a información (bases de datos, foros temáticos, páginas web...).
-
Favorecer un acercamiento a la información desde una perspectiva constructivista: los proyectos telemáticos se configuran como pequeñas investigaciones, se basan en la actividad de los estudiantes, fomenta un aprendizaje cooperativo, ...
-
Definir nuevos roles para profesores y alumnos, de modo que los alumnos asuman una mayor actividad e implicación en el aprendizaje y el educador asuma el papel de ayudar en el proceso de transformar las informaciones en conocimiento, actuando como animador, coordinador y motivador del aprendizaje.
Una
característica común de los proyectos educativos telemáticos es la defensa del
aprendizaje colaborativo y constructivista. El aprendizaje colaborativo en grupo
se basa, entre otros, en los siguientes supuestos:
-
las personas aprenden mejor mediante la experimentación activa y la discusión reflexiva en grupo que trabajando aislados,
-
el profesor no es el depositario de todos los conocimientos pertinentes, su función es la de promotor de actividades de aprendizaje,
-
el conocimiento es un constructo social y el proceso educativo es una forma de interacción social en un entorno rico en información y en oportunidades de cooperación entre iguales.
Los
estudiantes deben desarrollar la capacidad de aprender permanentemente, se deben
potenciar las destrezas meta-cognitivas, como aprender a aprender y a resolver
problemas trabajando en grupo.
“La
construcción del conocimiento, en colaboración con los compañeros, coordinando
la información recibida de diversas fuentes y la cognición situada en tareas del
mundo real, son aspectos clave del aprendizaje colaborativo” (Adell, 1998: 200).
Se habla
pues del “Aprendizaje colaborativo mediado por ordenador” (CSCL: Computer
Supported Collaborative Learning), como un nuevo paradigma que pone en relación
las teorías de aprendizaje con los instrumentos tecnológicos, basado en una
visión socio-cultural de la cognición, que propugna la naturaleza esencialmente
social de los procesos de aprendizaje y se interesa por la tecnología en cuanto
al potencial que ofrece para crear, favorecer o enriquecer contextos
interpersonales de aprendizaje.
Así surge
el paradigma del aprendizaje colaborativo, donde las tecnologías de la
información y comunicación tienen el papel de crear nuevas posibilidades de
mediación social, creando entornos de aprendizaje colaborativo que facilite a
los estudiantes la realización de actividades de forma conjunta, actividades
integradas con el mundo real, planteadas con objetivos reales.
La
investigación en este campo coincide en señalar la necesidad de situar las
tecnologías como una herramienta y no como un fin en sí mismas, herramientas
cuya meta fundamental es ayudar al estudiante a aprender de una forma más
eficiente y efectiva. Ayudar a otros a aprender tiene que ver con el
ofrecimiento de mejores canales de comunicación así como mejores herramientas
para la exploración del dominio que constituye el material primario para el
aprendizaje.
Este tipo
de “aprendizaje abierto” y “aprendizaje colaborativo” se basa en un
planteamiento constructivista, cuyos postulados, tomados de diferentes teorías,
se podrían resumir en los siguientes:
-
aprender es una actividad mental constructiva (teoría genética)
-
la información se procesa en forma de redes que permiten la organización de los conocimientos (teoría del procesamiento de la información)
-
aprender es construir esquemas de conocimiento (teoría del aprendizaje significativo)
-
muchos aprendizajes se consiguen gracias a la interacción con los otros (teoría sociocultural)
-
las redes de ordenadores posibilitan el aprendizaje en colaboración entre comunidades distribuidas (teoría del aprendizaje mediado por ordenador)
-
aprender exige explorar el campo de conocimiento desde distintas perspectivas (teoría de la flexibilidad cognitiva)
-
se aprende en diferentes contextos reales (teoría del aprendizaje situado)
El
papel de profesores y alumnos
La
experiencia de profesores y alumnos que trabajan con las nuevas tecnologías en
todos los niveles de la enseñanza es mayoritariamente positiva. En los múltiples
foros donde se exponen y valoran las experiencias llevadas a cabo, apenas se
escuchan alusiones a malos resultados de aprendizaje y en un caso tras otro se
confirma la gran motivación que las actividades realizadas con los ordenadores,
Internet... han provocado en los estudiantes.
Si es un
hecho reconocido que estos instrumentos tienen un alto poder motivador para los
alumnos ¿qué es lo que explica este hecho?. A mi juicio, hay varios aspectos que
contribuyen a explicarlo.
-
En primer lugar el carácter lúdico de los materiales. La mayoría del software posee un cierto formato de juego, en unos casos de tipo competitivo (se trata de ganar a otros) y en otros casos de tipo colaborativo.
-
El mayor peso del componente icónico en la presentación de la información y, en general, el carácter audiovisual como forma de comunicación más impactante que la verbal.
-
El dinamismo y la interactividad que permite el medio.
-
La posibilidad de crear informaciones, desarrollando procesos creativos de aprendizaje y no meramente reproductores.
-
La posibilidad de compartir con otros compañeros sus aprendizajes y producciones, así como de exhibirlas ante colectivos más amplios (padres, otros colegios...).
-
El trabajo en equipo, que requieren algunas actividades, el cual aumenta el nivel de participación de todos los alumnos.
-
La necesidad de pensar, tomar decisiones, plasmar de un modo lógico sus conocimientos, tomar parte activa y sentirse responsables de su proceso de aprendizaje.
-
El continuo feedback o retroalimentación de los logros conseguidos, junto con un alto grado de refuerzo positivo de los aprendizajes.
Ahora
bien, las nuevas tecnologías y fundamentalmente los entornos virtuales, exigen a
los alumnos unas mínimas competencias en el uso de los medios, el
desenvolvimiento en estos entornos, la búsqueda y manejo de información en la
red, etc. que no siempre tienen, encontrando dificultades para utilizar los
recursos en línea, la búsqueda y la evaluación de la calidad de la información (Nunes
et alt., 2000).
Podríamos
identificar como funciones de los alumnos en las tareas de aprendizaje las
siguientes:
1.
Informarse:
-
Buscar información disponible en el entorno
-
Conocer estrategias de búsqueda de información.
-
Actuar de emisor de información hacia el resto de los usuarios del grupo.
2.
Aprender:
-
Integrar conocimientos a partir de la información
-
Adquirir habilidades de uso de las herramientas informáticas
-
Fomentar la comunicación y el intercambio con otros compañeros
3.
Autoevaluación:
-
Comprobación de la consecución de los objetivos propuestos
-
Seguimiento y control propio de los resultados y de la corrección de las pruebas.
4.
Comunicación:
-
Comunicación interna con los alumnos
-
Comunicación con el profesor
-
Comunicación externa (Internet)
En relación
a las funciones de los docentes o sus roles en los entornos tecnológicos, de
forma general, se puede decir que el profesor, tiene un papel mediador, de
facilitación cognitiva y social. Se podrían identificar como funciones del
profesor las siguientes:
Diseño del
curriculum
-
Planificación de actividades
-
Selección de contenidos y recursos
-
Establecer niveles de aprendizaje (actividades y contenidos complementarios para profundizar en los temas estudiados).
Informar:
-
Transmitir información sobre el contenido curricular
-
Responder a los intereses de los alumnos
-
Seleccionar información y prepararla para el acceso a la misma por los alumnos
Formar:
-
Motivar habilidades y actitudes sociales
-
Interacción, retroalimentación y comunicación
Elaborar
contenidos y materiales:
-
Crear material didáctico propio adaptado a las necesidades de los alumnos
-
Posibilidad de elaborar documentos hipermedia (información interactiva
-
Multiformato, simulaciones, bases de datos...)
-
Retroalimentación y respuesta a las sugerencias de los alumnos
Orientar:
-
Facilitar el aprendizaje, animar al estudio
-
Ofrecer guías para el estudio
-
Indicar directrices para usar Internet
-
Dinamizar la participación de los estudiantes
Moderar las
discusiones grupales
-
Orientación personal y vocacional
-
Ofrecer apoyo técnico para operar con los nuevos sistemas de comunicación
Evaluar:
-
Seguimiento continuo del proceso formativo de cada estudiante
-
Valorar el aprendizaje del alumno.
Formación
docente
Conseguir
que los profesores tengan conocimientos sobre las características de las TIC y
cómo utilizar distintas aplicaciones informáticas y telemáticas ha sido una
prioridad en la política de formación de profesores para la integración de las
TIC, basta con analizar los títulos de los cursos que se vienen impartiendo en
los Centros de Profesores (CEPs, CFIEs…) de las distintas Comunidades Autónomas
de nuestro país en los últimos años, en los cuales un gran número de actividades
persiguen estos objetivos.
Sin
embargo, integrar la tecnología en la práctica del aula, no exige sólo aprender
como se debe usar la tecnología, sino que habría que llegar a replantearse la
manera de enseñar, favoreciendo un enfoque constructivista (Collins, 1998,
Marchesi, Martín, Casas, Ibáñez, Monguillot, Riviere y Romero, 2005). A pesar de
la formación recibida por los profesores a través de cursos, seminarios, grupos
de trabajo en centros, etc. todavía la mayor parte del profesorado se siente
poco preparado para utilizar la tecnología en clase, en consonancia con lo que
se constata en diversos informes internacionales (CEO Forum, 2001, ISTE, 2002,
Condie et alt., 2002, Comisión Europea, 2002, BECTA, 2004).
Una de las
cuestiones más debatidas en la elaboración de programas de formación del
profesorado se refiere a las capacidades o competencias que los docentes deben
adquirir, es decir, el establecimiento de estándares de capacitación. A este
respecto, la Asociación Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE)
ha elaborado una serie de directrices curriculares que contienen el conjunto de
habilidades y conocimientos básicos para la aplicación de las TIC en escenarios
educativos, las cuales se podrían resumir en las siguientes:
Manejo del sistema informático, buena utilización del software básico. Utilización de la tecnología informática para apoyar el proceso educativo. Aplicar los principios educativos actuales al uso de las TIC Evaluación del material informático y la documentación asociada. Uso del ordenador para la solución de problemas, recolección de datos, gestión de información, presentación de trabajos y toma de decisiones. Desarrollo de actividades de aprendizaje integrando la tecnología considerando diversos grupos de alumnos. Selección de recursos tecnológicos en su área o nivel educativo. Uso del multimedia y telecomunicaciones para favorecer la enseñanza. Empleo de herramientas informáticas (procesador de texto, base de datos, hoja de cálculo, programas gráficos…) para su uso personal y profesional. Conocimiento de los problemas éticos, legales y sociales relacionados con el uso de las TIC. Identificación de recursos para estar al día en aplicaciones tecnológicas afines al campo educativo. Utilización de las TIC para acceder a la información e incrementar su productividad personal y profesional. Aplicación de las TIC para favorecer las funciones del educando y el educador.
Desde una
perspectiva diferente y tratando de describir las competencias de un profesor
innovador que utiliza las TIC, se ha elaborado “The European Pedagogical
Syllabus” (Ulearn, 2003). En este documento se propone un currículo europeo para
profesorado innovador, fruto del proyecto Ulearn en el que han participado
distintas universidades europeas. Este currículo hace referencia al conocimiento
y habilidades sobre cinco áreas o módulos:
Aprendizaje y TIC: conocer las principales características de las estrategias de aprendizaje que hacen uso de las TIC, usando ambientes de enseñanza individualizados y cooperativos.Áreas curriculares y recursos de aprendizaje: conocer el impacto de las TIC en su área curricular y su enseñanza (aplicaciones relevantes, buenas prácticas y recursos)Colaboración entre los actores escolares y las TIC: usar las herramientas de la web para acceder a información y compartirla con colegas, para la comunicación interpersonal entre los actores implicados en el sistema educativo.Desarrollo profesional e innovación escolar: reflexión crítica sobre la práctica profesional y diseño de un plan de desarrollo personal para el uso pedagógico de las TIC en su contexto.Calidad, Educación y TIC: evaluación de la calidad de los aprendizajes de sus estudiantes y de la institución, reflexión sobre el proceso de innovación y la mejora de la enseñanza y el aprendizaje.
Este
syllabus o currículo en competencias profesionales es planteado como un primer
paso hacia la definición de lo que el profesorado innovador debe saber y cómo
debe actuar para explorar las potencialidades de las TIC y hacer que la dinámica
del centro cambie. Iría dirigido al desarrollo profesional del profesorado que
quiere representar un papel relevante en los procesos de innovación en su
institución.
Por otra
parte, los estudios sobre las actitudes de los profesores hacia los medios
tecnológicos (García-Valcarcel, 2003) apuntan que la mayoría de los profesores
informan de sentimientos y valoraciones positivas hacia los medios tecnológicos,
considerándolos como valiosas ayudas para el aprendizaje, aunque son bastante
críticos con respecto a las posibilidades de utilización actuales, debido a la
falta de software, la organización del centro y la formación del profesorado.
Tratando de buscar una explicación a las actitudes manifestadas por los
docentes, se podría decir que los profesores sienten que van a tener que
afrontar importantes cambios al mismo tiempo que integran estas tecnologías en
su quehacer didáctico, lo que puede dar lugar a un sentimiento de excesiva carga
y a reacciones de ansiedad y resistencia. En la literatura pedagógica, se ha
empleado el término de “innovatiness” para referirse a la actitud positiva hacia
la innovación y se han establecido categorías de profesores considerando esta
variable: innovadores, adoptadores tempranos, adoptadores medios, adoptadores
tardíos y reticentes al cambio (Rogers, 1995). Claramente y a juzgar por los
hechos, los profesores no están mayoritariamente entre las primeras categorías,
quizá porque aunque a nivel general las tecnologías son bien valoradas y se
reconocen sus posibilidades, hay distintos factores que no favorecen el paso de
la predisposición a la actuación en consonancia, como serían: falta de beneficio
económico, poca fiabilidad en el logro de objetivos, escasa flexibilidad en la
instrucción, no percepción de su necesaria introducción en la aulas, falta de
recursos, infraestructuras y equipos, falta de apoyo específico, falta de tiempo
(Van Braak, 2001). Así pues, parece que los obstáculos a vencer en el proceso de
integración de las TIC en los centros educativos están ya suficientemente
identificados y sobrepasan el ámbito de las actitudes.
En una
investigación terminada recientemente (Tejedor y García-Valcárcel, 2006), se ha
tratado de establecer las necesidades de formación del profesorado para la
integración de las TIC en la Educación, atendiendo especialmente a las
dimensiones del impacto de las TIC y a los obstáculos detectados. Y
desarrollar un modelo de formación basado en las necesidades detectadas y dentro
del marco curricular formalizado.
La
metodología de la investigación se ha planteado la utilización de modelos
metodológicos mixtos que integran tanto estrategias cualitativas como
cuantitativas en función de los diferentes problemas que abordan (encuesta a los
profesores de Primaria y Secundaria, análisis de los planes de formación,
entrevista en profundidad con los responsables de formación y análisis de
algunos módulos específicos, etc.
Se han
analizado las relaciones de la variable “conocimientos sobre las TIC” y las
variables “actitudes hacia las TIC”, “uso personal de las TIC”, “uso en el aula
de las TIC”, “integración de las TIC en el desarrollo curricular” y “obstáculos
y limitaciones en el uso de las TIC en el centro de trabajo”. Los valores de las
correlaciones entre los conocimientos que tienen los profesores de las nuevas
tecnologías y el resto de las variables nos permite afirmar que hay una fuerte
relación entre las conocimientos de las TIC y las variables de uso (personal, en
aula, en integración), oscilando la r entre los valores 0,56 y 0,85, resultando
todos ellos altamente significativos. Menor, aunque igualmente significativo, es
el coeficiente de correlación con las actitudes (0,36).
De nuestro
estudio se desprende que los conocimientos que tienen en estos momentos los
profesores de Primaria y Secundaria no son suficientemente profundos y completos
como para abordar con éxito la integración de las TIC en el ámbito escolar. A
pesar de que muchos profesores conocen las aplicaciones básicas del software
para escribir textos, hacer gráficos, etc. y los conocimientos y utilidades
fundamentales para navegar por Internet y comunicarse a través del correo
electrónico, son pocos los que superan este nivel elemental de usuario para
sacar provecho de la tecnología en relación a replantearse su práctica
profesional en el aula, haciendo uso de materiales digitales, diseñando sus
propios recursos, planteando actividades donde Internet es fuente de
conocimiento y lugar de expresión de sus alumnos, desarrollando actividades en
colaboración con otros grupos de estudiantes de otros lugares o centros, etc. Es
decir, las competencias de los profesores para hacer un uso innovador de la
tecnología y reestructurar sus métodos pedagógicos, todavía no se han puesto de
manifiesto, a pesar de mantener una actitud positiva para su integración en los
procesos de aprendizaje. A este respecto, habría que replantearse la eficacia de
las estrategias de formación que se vienen empleando en la actualización del
profesorado e insistir menos en las aplicaciones informáticas básicas y más en
el diseño y desarrollo de buenas prácticas pedagógicas mediadas por las nuevas
tecnologías en sus contextos de aula.
En cuanto a
las actitudes, pensamos que en estos momentos nos encontramos todavía en una
fase en la que se han creado altas expectativas sobre las nuevas tecnologías y
su potencial didáctico para la innovación educativa (a nivel de instituciones
españolas, europeas y mundiales) y este estado de opinión es asumido por
nuestros profesores.
En
conclusión, es notorio que las redes de comunicación están empezando a
cuestionar, tanto en la educación a distancia como en la presencial, la
utilización de los sistemas educativos convencionales, principalmente porque la
concepción del profesor como fuente de todo conocimiento es hoy insostenible, ya
que conseguir información es cada vez más fácil. Ahora bien, comprenderla e
integrarla adecuadamente en una estructura cognitiva es otra cuestión y
dependerá en gran medida del modelo didáctico en que se inserte el uso de los
medios. El sistema de trabajo en red nos ofrece un alto grado de interactividad
y de control de la comunicación pero tanto la interactividad como el control
están determinados no sólo por los recursos tecnológicos de que disponen sino
también por las capacidades que tienen emisores y receptores.
Debemos
aprovechar las posibilidades que las NN.TT. nos ofrecen para potenciar el
aprendizaje colaborativo y constructivista. Debemos aprovechar la Internet como
un espacio para la comunicación social y para el aprendizaje en red. Goodyear
(2000: 9) define “aprendizaje en red” como aquel aprendizaje en el que las
tecnologías de la información y de la comunicación son usadas para promover
enlaces: enlaces entre estudiantes, entre estudiantes y tutores; y entre la
comunidad educativa y los recursos de aprendizaje”
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